¿Para qué? por radicales que sean mis actos, no debo nada. Pues, hasta la misma sombra, compañía del día a día, se une a la oscuridad. Y todo lo que sucede, merecido es... tristes turbulencias, pero así debe ser. No necesitare de tornillos que empujen mi calvario, sólo relojes para desvanecer todo mal que me he buscado y ahí, sólo ahí, conseguir el tornillo adecuado. Entonces los aliados, no necesitaran mis sonidos mentales.
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